Santo
Amaro de la Barra Grande tuvo su último proyecto de restauración
vislumbrado por Lúcio Costa y ejecutado al final del siglo
XX (de 1994 a 2000). El restauro está centrado en una delicada
estructura metálica, moderna y discreta, que solo toca en
las extremidades de las ruinas del pabellón central, cubriendo
un espacio de 40 metros. El arquitecto Victor Hugo Mori, del IPHAN,
así lo describe: "El diseño espacial concebido
en acero Cos-Ar-Cor, revela la obediencia a los términos
de la Carta de Venecia (1964), cuando prescribe: 'todo trabajo complementar
reconocido como indispensable por razones estéticas o técnicas,
se destacará de la composición arquitectónica
y deberá ostentar la marca de nuestro tiempo' ".
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