En
1580, Felipe II, rey de España, ascendió al trono
portugués, ampliando un vasto imperio que permaneció
unido hasta 1640. Piratas y corsarios de reinos enemigos fustigaban
los dominios y las rutas comerciales de la corona española,
obligándola a fortificar sus ciudades, pueblos y mejoramientos
prósperos en las colonias ultramarinas.
En 1584, por orden regia de Felipe II, se construyó en la
embocadura del estuario de Santos la Fortaleza de Santo Amaro
de la Barra Grande, con proyecto de Giovanni Battista Antonelli,
arquitecto militar que acompañaba la escuadra española
del Almirante Diogo Flores Valdez. La escuadra, con 16 navíos,
tenía por misión patrullar la costa Este del nuevo
mundo, al Sur del Ecuador y fortificar el Enclave de Magalhães.
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